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El ADSL se muere, dejen paso a la fibra óptica

El ADSL ha hecho posible el milagro estos años; ha estirado la capacidad del par trenzado de cobre de casa hasta límites soñados, pero, ¿cuánto más resistirá?

artículo original (El Mundo, 27/1/2008) Televisión, teléfono e Internet de alta velocidad: el triple play, el santo grial de las comunicaciones del siglo XXI. Y todo a través de un viejo cable, el mismo que ha soportado durante décadas las llamadas telefónicas y que descubrió Internet a los españoles a través de la lenta, lentísima, conexión de módem. El ADSL ha hecho posible el milagro durante estos años; ha estirado la capacidad del par trenzado de cobre de casa hasta límites que era imposible soñar hace sólo una década, pero, ¿cuánto más puede resistir?

Hoy en día, en condiciones ideales, las operadoras son capaces de ofrecer velocidades de hasta 24 Mbps -nótese el "hasta"- gracias a la tecnología de transmisión ADSL2+. Utilizando mejores sistemas de compresión -como VDSL- y si el abonado no está muy lejos de la centralita se pueden llegar a los 50 Mbps. Pero ése es el límite. No hay más. Algunas pruebas en laboratorio han conseguido acelerar los datos sobre el cobre hasta los 250 Mbps, pero quedan años hasta que esa tecnología esté disponible de forma comercial, y su implantación a gran escala podría ser una utopía. El ADSL ha llegado a su máximo teórico, el cobre ya no da más de sí.

Con las velocidades actuales se pueden ofrecer buenos productos: televisión con cierta calidad, un acceso bastante decente y teléfono. Es lo que hace Telefónica, por ejemplo, con Imagenio. El problema es que conforme se añaden servicios y opciones, la calidad de imagen y la velocidad disminuyen. La naturaleza del ADSL juega en contra. El cliente, por ejemplo, sólo puede ver un canal en la televisión. No se puede grabar un programa mientras ve otro, algo que consideramos natural con la emisión analógica. El ADSL también tiene problemas si la centralita no está cerca del domicilio del abonado. La velocidad cae a un ritmo exponencial al alejarse más de un kilómetro, sobre todo con la modalidad ADSL 2+, de ahí que sea imposible hablar con exactitud de las velocidades que tendrá el cliente al contratar el servicio. Rara vez se alacanza la cifra máxima que publicita el operador, y de esa cifra hay que descontar el ancho de banda que se lleva la televisión por ADSL. "Son cerca de tres Mbps que hay que descontar de la velocidad real de acceso", aseguran en la operadora Orange.

CABLE. La alternativa es la fibra óptica, el conocido cable. En España lo usan casi dos millones de hogares y negocios, y Telefónica, la mayor proveedora de banda ancha de España - 4,2 millones de los 5,9 millones de hogares con ADSL de nuestro país son suyos- quiere hincarle el diente al pastel que, por ahora, se come la operadora Ono.

El pasado mes de septiembre, durante el congreso de Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones -AETIC, Julio Linares, director general de coordinación de Telefónica, aseguró que la intención de la operadora es desplegar "cuanto antes" la red de fibra en España. Telefónica ya dispone de una red troncal de fibra para sus datos y ahora lo que busca es llevar el cable directamente a los hogares o, en su defecto, al menos hasta el edificio del cliente. Desenterrar el cobre que ahora va desde las centralitas hasta los routers de los abonados. Hay pruebas piloto previstas para esta primavera en Madrid y Barcelona con velocidades que podrán llegar hasta los 30 Mbps de bajada -un Mbps de subida- y que por supuesto incluirá también televisión y teléfono.

Esta misma semana, la CMT ha emitido un informe que marca las vías de investigación para una regulación completa del nuevo servicio. "Estamos contentos porque respetan la inversión que hemos realizado estos últimos años, pero se trata, todavía, de un informe preeliminar, un conjunto de guías a seguir", aseguran desde la operadora. Según el texto, Telefónica no tendrá que compartir la fibra desplegada con otros operadores, pero sí las canalizaciones y los conductos por los que circulan. Si no puede hacer sitio a nuevos cables de fibra, tendrá que poner a disposición de otras operadoras fibra oscura (libre) para que presten sus servicios. La regulación final del servicio podría retrasarse hasta 2009.

"No se trata de abandonar el ADSL", matizan en la empresa. Ambas tecnologías trabajarán conjuntamente para intentar ampliar el número de clientes que pueden recibir los servicios de Imagenio.

El despliegue de la fibra será lento. "En Ono llevamos diez años y más de 10.000 millones de euros para alcanzar al 60% de los hogares", aseguran en la competencia. Pero no hay marcha atrás, el par de cobre ya está transmitiendo los últimos impulsos eléctricos de su vida.

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