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(Cinco Días, 8/3/2008) Las operadoras de telecomunicaciones rivales de Telefónica no tendrán mucho tiempo para manifestar al regulador del sector, la CMT, su postura y sus propuestas para interconectarse con la nueva infraestructura de fibra del ex monopolio ante el lanzamiento de los primeros servicios a clientes.

El trámite elegido por la CMT para regular la nueva situación y que los usuarios no queden desconectados prevé la máxima celeridad y pretende estar terminado el 25 de abril. Por eso, los operadores afectados tendrán sólo diez días hábiles para alegar, como establece la legislación, un plazo que algunas fuentes del sector consideran exiguo.

El problema es que, a pesar de que el proceso se inició el 25 de enero, poco después de que Telefónica comunicara al regulador su intención de comenzar a dar servicios a clientes, los rivales del ex monopolio sólo tienen conocimiento de estos hechos desde el pasado jueves, como adelantó CincoDías.

Y es a partir de esa fecha cuando empieza a contar su plazo para contestar, lo que implica trabajar en plena Semana Santa. Todas las partes son conscientes del calendario y de la situación algo excepcional, así que está previsto que el periodo pueda extenderse si hay algún problema -la legislación lo permite en tramos de cinco días extras-. Es más, fuentes del sector consideran que la CMT será receptiva y flexible, y que, como en otros casos, se tendrán en cuenta las alegaciones que, aunque fuera de fecha, lleguen antes de que la resolución final sea adoptada.

En la comunicación enviada por Telefónica a la CMT, el ex monopolio avanza que los primeros servicios con la red de nueva generación, la que conectará con fibra óptica el hogar de los clientes con velocidades de acceso a internet de 100 megas, se lanzarán desde el segundo semestre de este año y que se hará Žde forma limitadaŽ, según documentos oficiales a los que ha tenido acceso este diario.

Se tratará del estreno en España de las nuevas ofertas procedentes de la red de telefonía fija de próxima generación o NGN -por sus siglas en inglés- que está desarrollando Telefónica y que modificará la faz de las telecomunicaciones actuales.

Por eso es necesario el cambio normativo de urgencia, porque los clientes que accedan a los nuevos servicios dejarán de estar conectados a la red tradicional y perderán la comunicación con el resto de los operadores. Por ejemplo, no podrían recibir ni hacer llamadas a clientes de otras compañías. Telefónica ha propuesto cambios normativos para que esto no suceda y la CMT los ha abierto a alegaciones.