En un día la cantidad de correos cayó de 153.000 millones a 64.000 millones con la clausura de los servidores de la empresa californiana McColo Corp. Pese a la redada, en una semana todo volverá a ser igual, o peor.
(El País, 20/11/2008) El miércoles 12 de noviembre sonaron las alarmas en empresas y administraciones de todo el mundo. No llegaban correos. Un gobierno autonómico, acostumbrado a recibir 1,5 millones de correos al día, no tenía más de medio millón. Algo parecido le ocurrió a la empresa de seguridad IronPort: de controlar 153.000 millones de correos-basura el martes, pasó al día siguiente a 112.000. Por término medio, las empresas vieron aliviados sus buzones en un 30%.
Todos los reponsables de los servidores fueron a mirar qué estaba pasando, qué se había roto, dónde estaba la avería. Pero no había tal. Todo funcionaba correctamente, incluso mejor de lo normal. Simplemente la policía había cerrado una empresa californiana que se dedica a distribuir basura por la red, Mc Colo Corp.
SpamCop pasó de detectar 48,3 mensajes por segundos el martes 11, a menos de diez por segundo nada más hacerse efectiva la clausura de ordenadores de esa empresa. Message Labs documentó un volumen de spam ocho veces inferior al habitual 12 horas después del cierre. El lunes 17, el impacto del cierre continuaba, pues la media era de 10,3 mensajes por segundo y un máximo de 17,6.
Senderbase, la red de seguridad de IronPort, siguió reportando una caída de correos-basura: miércoles 12, 112.000 millones; jueves, 64.000; viernes, 82.000; sábado, 68.000; domingo, 65.000; lunes, 71.000.
El simple cierre de un servidor prueba una vez más que el masivo correo basura es cosa de pocos, que está muy concentrado en países y en empresas, aunque se mueven con mucha rapidez.
No hay que lanzar las campanas al vuelo. A la hora de leer estas líneas, los correos que se distribuían por McColo ya habrán encontrado un nuevo servidor, tan eficaz como el anterior o más. Ya lo dice Symantec, la empresa de antivirus: "Muchos de los spammers encontrarán nuevas rutas de distribución de sus mensajes. Es decir que el respiro sólo es temporal".
El cierre de McColo "ha eliminado piezas de infraestructura críticas para los spammers, aunque esto no significa que se puedan readaptar a la situación trasladando los servicios que facilitaba McColo en algún lugar de Europa del Este", según Adam J. O'Donnell, director de Cloudmark.
En septiembre, el cierre de Atrivo, otra empresa dedicada a lo mismo, y también instalada en California, acarreó una abrupta caída de correos-basura, pero sólo fueron un par de días de descanso, hasta que la red recuperó la normalidad. El 85% del tráfico mundial sigue siendo basura, pese a las buenas promesas de Gates, que en 2005 pronosticó que esta lacra era cuestión de un par de años.
Con la crisis y el aumento de internautas en el mundo, se espera una campaña navideña con el mayor spam de la historia de Internet.