Las operadoras de telecomunicaciones se preparan para inundar el mercado con ofertas que no todo el mundo podrá aprovechar, y menos todavía en Galicia.
(La Voz de Galicia, 5/10/2008) Para la mayoría de la gente las cosas han cambiado mucho desde que las únicas conexiones a Internet disponibles eran a través de un módem, y que dado que eran de tarifa plana solo a partir de las seis de la tarde hacían que usar la Red a partir de esa hora fuera poco menos que imposible ante la avalancha de conexiones que se producía.
Ahora la mayor parte de la población puede acceder a conexiones a Internet de banda ancha, es decir, de alta velocidad, y con tarifas planas de verdad en las que se paga lo mismo independientemente del tiempo de uso y cantidad de información que pase a través de ellas, aunque en España tenemos el dudoso honor de ser el país de la Unión Europea en el que las conexiones a Internet son más caras.
Así, las operadoras se preparan para lanzar nuevas ofertas con conexiones cada vez más rápidas, hasta de 100 Mbps. en algunos casos, idealmente por el mismo precio que estamos pagando hasta ahora o a cambio de un suplemento más o menos grande. Pero como suele suceder, no es oro todo lo que reluce.
Ofertas limitadas
Por una parte, no todo el mundo podrá acceder a estas ofertas por cuestiones de infraestructura técnica de las redes de las operadoras, ya que tienen que instalar los equipos necesarios para soportar estas velocidades, lo que en muchos casos supondrá la necesidad de instalar fibra óptica hasta el domicilio de los abonados, algo que todavía no está hecho.
Esto es algo a tener especialmente en cuenta en Galicia, donde una buena parte de la población no tiene acceso a una línea ADSL normal y tiene que conformarse con el ADSL rural, que al mismo precio ofrece una velocidad considerablemente menor, y donde todavía no está terminada la sustitución de las líneas de telefonía móvil rural (TRAC), muy limitadas como conexiones a Internet, sustitución que tenía que haber sido completada hace ya cuatro años.
Por otra parte, un mal que caracteriza a la inmensa mayoría de las ofertas de banda ancha en España es la gran asimetría en cuanto a su velocidad de bajada -hacia el ordenador del usuario- y de subida -hacia Internet- de estas, lo que no solo perjudica el funcionamiento de los programas de intercambio de archivos vía redes P2P, sino que hace que sea un suplicio subir fotos de calidad o vídeos a cualquiera de los servicios que permiten publicar este tipo de contenidos, y no parece que las nuevas ofertas vayan a mejorar mucho en este sentido.
Otras necesidades
Para la inmensa mayoría de los usuarios, que realmente no necesitan esas velocidades de bajada sería mejor que las operadoras se decantaran por mejorar las condiciones de funcionamiento de las líneas actuales, que por lo general en la letra pequeña del contrato solo garantizan una velocidad sostenida de aproximadamente un 10% de la velocidad máxima de estas, por hacerlas más simétricas, y por intentar ajustar los precios a la baja; en especial a tenor de que las últimas cifras de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones dicen que el crecimiento de la banda ancha en España se ha frenado hasta en un 40% respecto al año pasado.
En la comunidad gallega, además, necesitaríamos que los diversos planes formulados para llevar la banda ancha a toda la población acabaran por dar sus frutos de una vez.
Otra área en la que las operadoras todavía tienen mucho trabajo que hacer es en el de las tarifas para la transmisión de datos a través de las redes de telefonía 3G, pues si bien es cierto que han ido bajando de precio y volviéndose más asequibles con el paso del tiempo, la mayoría de las operadoras -y desde luego no las más grandes- aún no ofrecen verdaderas tarifas planas, pues típicamente las ofertas para este tipo de conexiones solo incluyen una cierta franquicia de transmisión de datos en la cuota mensual, normalmente 1 GB, a partir de la cual o se paga más o la velocidad de la conexión se reduce drásticamente.
En estas condiciones es muy importante leer con atención la letra pequeña de estas ofertas para no encontrarse con desagradables sorpresas a fin de mes.
Incluso una oferta de Vodafone recién presentada estos días con un a priori muy atractivo precio de 12 euros al mes por una conexión de datos que la operadora define como ilimitada, en realidad «se reserva el derecho a reducir la velocidad de navegación por el punto de conexión de Internet a 64 Kbps. una vez superados los 150 MB por mes y cliente en dicho punto de conexión», lo que, desde luego, redefine el concepto de «ilimitada».
Con esto, la mayoría de los usuarios de este tipo de conexiones, que bien podrían servir para solventar los problemas de disponibilidad de líneas en zonas rurales con una inversión menor que la de tirar cable o fibra, son por ahora empresas o profesionales, dejando fuera del mercado a una buena cantidad de clientes potenciales que simplemente no pueden justificar el precio de esas conexiones.