Las telecomunicaciones se han convertido en una herramienta crucial en las actuaciones realizadas por empresas y organizaciones del Tercer Sector: contribuye a acercar su actividad a la sociedad y reduce la brecha digital de los colectivos en riesgo de exclusión.
(Expansión, 24/9/2008) La sociedad es cada vez más consciente de que la solución de los problemas requiere el compromiso de todos. Los individuos, a través de sus donaciones directas o de su participación en programas de voluntariado, empresas y cajas de ahorro, con sus políticas de responsabilidad social corporativa y de su obra social, respectivamente, han contribuido a impulsar una actividad que ha recibido distintas denominaciones (filantropía, acción social y contribución a la comunidad) y que se traduce en actuaciones en favor de la integración de los colectivos más desfavorecidos.
Sólo en Estados Unidos, país donde la filantropía ha alcanzado su máximo desarrollo, tanto en la magnitud de sus cifras, como en la sofisticación de sus formas institucionales, las contribuciones a la sociedad alcanzaron en 2006 la cifra de 295.000 millones de dólares (203.000 millones de euros al cambio actual), el equivalente al 2,2% del PIB del país, según datos de la Fundación Giving USA. Tres cuartas partes procede de donaciones de individuos, el 12,4% de fundaciones, el 7,8% de legados en herencia y el 4,3% de empresas. En España, las 45 cajas de ahorros tienen previsto superar este año los 2.000 millones de euros de inversión a través de su obra social, frente a los 1.848 millones de euros de 2007.
Las políticas de apoyo a personas en riesgo de exclusión, en las que se han implicado tanto el sector público, como la iniciativa privada, y que tiene en fundaciones y en organizaciones no gubernamentales (ONG) uno de sus principales instrumentos de canalización, han encontrado un aliado en las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).
Organizaciones del llamado Tercer Sector y fundaciones conceden gran importancia a los avances tecnológicos, por considerar que traerán consigo un desarrollo social más justo, al mismo tiempo que ven en las nuevas tecnologías, sobre todo, en Internet, uno de los principales canales de conexión con su público objetivo y una herramienta imprescindible para conseguir su misión.
Según estudios recientes, el 15% de la población mundial tiene acceso a Internet, pero sólo el 1% de los habitantes de los países pobres puede navegar por la red, ya que utilizar este servicio resulta diez veces más caro que en el Primer Mundo, donde el hecho de conectarse o manejar un ordenador es algo habitual.
Intercambio
Las TIC se han convertido en un instrumento que permite a las ONG el intercambio de información sobre acontecimientos ocurridos en distintas partes del mundo. Simultáneamente, apuestan por ellas como vehículo, tanto para captar fondos que contribuyan a realizar su labor, como para la adhesión de voluntarios que colaboren en sus proyectos. Además, la adopción de estrategias de acción social por parte de las empresas para implicarse aún más en los problemas del entorno ha favorecido la labor de estas ONG.
En este sentido, el Tercer Sector afronta la dimensión tecnológica con una doble perspectiva: la necesidad de reducir la brecha digital entre los colectivos con los que trabajan, al tiempo que lucha por no quedar rezagado en la implantación y el uso de las nuevas tecnologías, que le permiten acercarse a sus potenciales colaboradores y dar a conocer su actividad. Para ello, han contado también con la colaboración empresarial.
Las compañías se incorporan a la tendencia de impulsar la colaboración de sus empleados con distintas organizaciones sociales, una labor de voluntariado corporativo donde las redes de comunicación internas (Intranets) e Internet juegan un papel fundamental, en el que las ONG pueden dar a conocer su actividad a los trabajadores y potenciales colaboradores. Las compañías y las cajas españolas asociadas a la Fundación Empresa y Sociedad, por ejemplo, movilizaron el año pasado en este tipo de iniciativas al 6% de su plantilla (17.611 personas), que dedicaron 192.681 horas a participar en proyectos sociales, principalmente, de ayuda a personas con discapacidad e inmigrantes.
Colaboración
La Fundación Once, Cisco y Microsoft Ibérica pusieron en marcha, hace dos años, el proyecto Dono. Esta iniciativa ofrece a ONG y fundaciones el acceso a la tecnología para desarrollar su labor, con un ahorro del 96% sobre el coste final del mercado, ya que pagan sólo el 4% del precio del producto. Este porcentaje es un pequeño coste en concepto administrativo y está destinado a cubrir los gastos del programa y a su mejora. Las organizaciones pueden acceder a las últimas versiones en software de sistemas operativos, así como a servidores y redes inalámbricas.
Gestión
La iniciativa está gestionada en España por Technosite, empresa perteneciente al Grupo Fundosa, de la Corporación Empresarial de la Fundación Once, en colaboración con la organización no gubernamental TechSoup, responsable de la administración del programa de donaciones en todo el mundo, una red de la que ya forman parte catorce países.
Technosite se encarga de controlar el flujo de pedidos, su distribución y su seguimiento. El proyecto Dono permite, además, regularizar el número de licencias para todos los puestos de trabajo, así como estandarizar y conseguir un software actualizado que evite problemas a la hora de compartir documentos y aplicaciones.
Para acceder a esta iniciativa, las entidades tienen que cumplir unos criterios de elegibilidad (la información está disponible en el portal de Internet www.proyectodono.org). A finales del pasado mayo, se habían donado productos tecnológicos a ONG por un valor superior a los tres millones de euros. El número de organizaciones registradas en el proyecto ascendía a 557 instituciones, con un ahorro medio por donación de 12.783 euros.
Entre los productos más solicitados, destacan los sistemas operativos Windows, XP, Vista y Office, dispositivos de seguridad para pequeños entornos empresariales, puntos de acceso, soluciones de acceso inalámbrico a la red y herramientas de colaboración para espacios de trabajo compartido.
Trabajo en equipo
“Microsoft entiende la responsabilidad social como un trabajo en equipo. Nuestra compañía lleva la colaboración en su ADN”, afirmaba Rosa García, consejera delegada de Microsoft Ibérica, el pasado abril, cuando la compañía recibía el Premio Empresa y Sociedad, en la categoría de trabajo en red, por su labor para reducir la brecha digital y para promover la formación de personas desfavorecidas en tecnologías de la información.
Dentro de su compromiso con la sociedad, el grupo colabora con distintos socios en proyectos para mejorar la educación escolar (Socios en la Educación) o el acceso de la informática básica a colectivos menos favorecidos, como personas mayores, mujeres o inmigrantes (Conecta Ahora, Conecta Latinoamérica y Ciberaul@s).
Además de la iniciativa Dono para las ONG, Microsoft ha firmado este año un acuerdo con One Laptop per Child, la organización fundada por Nicholas Negroponte y varias empresas informáticas y de tecnologías de la información, que promueve la distribución de ordenadores accesibles para niños en países en vías de desarrollo a un precio no superior a 100 dólares (68 euros).
A través de este acuerdo, Microsoft permite el uso de su programa operativo Windows en los PC de One Laptop per Child. La estrategia de la multinacional incluye el compromiso de clientes y empleados. En 2007, ponía en marcha Un click por la causa, por la que dona un céntimo de euro por cada consulta en su buscador Live.com a la organización de Naciones Unidas de ayuda a los refugiados Acnur.
El pasado abril, Microsoft Ibérica lanzaba entre más de 33.000 clientes y partners su encuesta nacional de satisfacción. En esta edición, decidió donar por cada respuesta recibida a la encuesta diez euros a la Fundación Tomillo, una entidad sin ánimo de lucro que trabaja para ayudar al desarrollo de las personas más desfavorecidas a través de la formación. La compañía ofrece a su plantilla en España la posibilidad de dedicar cinco días laborables a colaborar, como voluntarios, con entidades sociales, una iniciativa en la que también se han implicado varios miembros del comité de dirección de la filial.
Junto a ello, Microsoft Ibérica ha decidido fomentar el voluntariado virtual entre sus empleados, a través de la plataforma online SolucionesONG.org, un proyecto de la Fundación Chandra y la Fundación Luis Vives, que busca ayudar a las organizaciones sin ánimo de lucro a mejorar su funcionamiento. Los trabajadores del grupo pueden realizar este voluntariado a través del asesoramiento individualizado a ONG en temas como la calidad, la captación de fondos, la contabilidad, la gestión de proyectos, la comunicación o Internet.