La precisión de las imágenes, gracias a la combinación de varias tecnologías, puede llegar hasta los 15 centímetros, aunque hay que pagar por ello.
(El País, 18/9/2008) Desde el sábado un nuevo satélite transita por el espacio, el GeoEye-1. Su misión es proveer de las imágenes comerciales de mayor resolución del mercado a diversas empresas y organismos, entre ellas Google, que utilizará las fotografías para mejorar su servicio Google Earth.
GeoEye-1 enviará imágenes con una resolución que alcanza los 0,45 metros en blanco y negro y los 1,65 metros en color. El satélite, que ha costado unos 350 millones de euros, orbitará alrededor de la Tierra a más de 680 kilómetros de altura a una velocidad de siete kilómetros por segundo.
Medios como éste explican que Google haya conseguido fotografiar en detalle todo el planeta, casi 150 millones de kilómetros cuadrados. En algunos casos, su detallismo ha sembrado la alarma entre los vigilantes del derecho a la intimidad en lugares públicos.
Google también ha echado mano de docenas de agencias cartográficas en todo el mundo. Basta con fijarse en los créditos que aparecen en la propia foto. Muchas llevan la atribución "Image NASA", pero en cuanto hacemos un zoom en detalle, surgen otras autorías: Por ejemplo, "Cnes-Spot image" indica que al menos parte de la imagen fue obtenida por el satélite europeo Spot. "Digital Globe" hace referencia a una compañía americana, que dispone de sus propios satélites.
Otras compañías proporcionan datos menos evidentes. Europa Technologies suministra toponimia y los trazados digitales de fronteras y costas. La holandesa Tele-Atlas se especializa en carreteras y mapas de ciudades. El Instituto Cartográfico de Cataluña facilitó a Google no hace mucho una cobertura completa de su territorio a base de imágenes aéreas de alta resolución. La diferencia de formatos con las imágenes adyacentes -Aragón, por ejemplo- hace que con zoom Cataluña se vea de diferente color que el resto.
El recién lanzado GeoEye-1 es el satélite fotográfico civil más avanzado. Tanto, que empieza a aproximarse a la calidad que ofrecen los satélites espía militares. Sus cámaras tienen una resolución de 40 centímetros en blanco y negro y poco más de un metro y medio en color. Pero, por limitaciones legales, no ofrecerá al público imágenes de menos de medio metro.
El principal cliente de este satélite será la Agencia Federal de Inteligencia Geoespacial, dependiente del Departamento de Defensa. El segundo es Google, que se ha reservado derechos de explotación de esas imágenes en la red. De hecho, el cohete que lanzó el GeoEye-1 llevaba su logotipo pintado en el carenado.
Este satélite, como la mayoría de los que le han precedido, describe una órbita heliosincrónica: sigue al Sol, de modo que siempre fotografía los mismos lugares a la misma hora (las 10:30 de la mañana) y bajo el mismo ángulo de iluminación. Vuela a casi 700 kilómetros de altura; en circunstancias normales explora una franja de 15 kilómetros de ancho a lo largo de toda su trayectoria.
La cámara del satélite (en realidad, un telescopio) puede procesar 700 megapíxeles por segundo. Le bastaría un día y medio para fotografiar España entera.
Hay quien teme que estos satélites constituyan una amenaza para la privacidad. Todavía no; con 50 centímetros de resolución es imposible identificar una persona en concreto. Aunque sí puede localizarse un vehículo y muchos detalles del tejado de cualquier edificio. Además, la máxima calidad sólo se consigue en días extraordinariamente claros y sin nubes. Éstas -y la noche- son el peor enemigo de un satélite de observación.
A falta de ver los frutos del nuevo satélite, hoy por hoy, tanto en el mapamundi de Google como en el de Microsoft (Virtual Earth), ciudades de Estados Unidos y Australia están disponibles con resoluciones de 15 centímetros (fotografía aérea, no satelital). En general, toda Norteamérica y Europa se ven a resolución de 1 metro, aunque algunas ciudades como Berlín llegan a los 15 centímetros. El resto del mundo, a 15 metros.
En el otro extremo, ciudades como Manhattan o Hamburgo no sólo se ven con gran resolución, sino que están totalmente digitalizadas, edificio por edificio y con calidad fotográfica. Es famoso el caso del pueblecito de Westport, en Irlanda, renderizado mediante una combinación de escaneado por láser de largo alcance y fotografía digital. Se leen hasta los rótulos de los comercios.