Japón y Corea todavía están muy por delante del resto de países en lo que a sofisticación tecnológica se refiere.
(Baquía, 9/4/2008)
Vivimos en un mundo global en el que la información vuela al instante de un extremo a otro, y donde las modas que se generan en un punto del planeta se trasladan rápidamente al confín opuesto. Sin embargo, hay cosas que sólo están al alcance de algunos privilegiados.
Es el caso de un listado de gadgets que selecciona la revista PC World, no disponibles en los mercados europeos ni estadounidense. Sólo los privilegiados que visiten el Lejano Oriente (principalmente Japón y Corea) podrán traerse alguno de estos aparatos, para envidia de sus amigos más freaks. Estos son algunos de ellos:
- Panasonic Viera P905i: se presenta como la pantalla panorámica de televisión más pequeña del mundo, de apenas 3 pulgadas, pero con una calidad de imagen equiparable a muchos televisores LCDs. No hay que olvidar que también es un teléfono con conectividad de banda ancha, GPS y cámara de 5 MPs. Lo distribuye NTT DoCoMo en Japón.
- Raon Everun UMPC: un miniportátil de siete pulgadas y medio kilo de peso. Sus reducidas dimensiones no le privan de un gran equipamiento: pantalla táctil de 4,8 pulgadas, disco duro de 60 GBs, teclado QWERTY, wi-fi y batería con 7 horas de autonomía. Eso sí, hay que viajar a Corea para traérselo.
- Soul SGH U900: la gran apuesta de Samsung llegará a los mercados europeos este mes. Incluye cámara de 5 MP con zoom de 4 aumentos y estabilizador de imagen, además de transmisión de datos a 7,2 Mbps. Pero la principal novedad es el interfaz de uso, que combina teclado numérico con una pantalla táctil vibratoria que muestra sólo los iconos de las tareas que estamos realizando.
- Sony VAIO G2: este portátil ultraligero pesa menos de un kilo, gracias a su carcasa de fibra de carbono. Ello no le impide tener una pantalla de 12 pulgadas, suficiente para trabajar sin agobios. Se vende, sólo en Japón, con disco duro de 100 GBs o memoria SSD de 64 GBs.
- Face Bank: sólo hay que poner una moneda delante de los ojos (en realidad, dos sensores lumínicos) de esta especie de hucha –ladrillo para ver como la engulle con gran satisfacción. Como no, para que ahorren los niños japoneses.