El regulador liberará a la operadora de ceder sus nuevas infraestructuras de fibra hasta el hogar a sus rivales, aunque el ex monopolio tendrá que dar acceso a las canalizaciones y a su red de cobre como hasta ahora.
(Expansión, 21/1/2008)
Están en juego más de 10.000 millones de euros de inversiones en infraestructuras hasta 2010 y gran parte del futuro del sector de las telecomunicaciones en los próximos años. La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) aprobó la pasado semana el documento que marcará la regulación de las redes de nueva generación, que sustituirán a las actuales infraestructuras basadas en cobre para multiplicar la capacidad de transmisión de las operadoras.
Bajo el epígrafe de Principios y líneas maestras de la futura regulación de las redes de acceso de nueva generación, el documento de la CMT abre la puerta a la eliminación de las obligaciones de cesión de las infraestructuras de Telefónica a sus rivales para las nuevas redes de fibra óptica, que permitirán acceso a Internet a velocidades superiores a los cien megas.
La nueva regulación mantendrá, en cambio, las actuales obligaciones de Telefónica con los rivales que acceden a su red de cobre tradicional, la que permite a los operadores sin red propia prestar servicios de acceso a Internet con ADSL. Es decir, el ex monopolio tendrá que seguir garantizado a estas compañías su acceso a las centrales telefonónicas, que se conoce ténicamente como bucle local.
Canalizaciones
Además, la compañía que preside César Alierta tendrá que compartir las canalizaciones, a través de las que tiende sus redes de fibra, para facilitar a los operadores alternativos la creación de infraestructuras de nueva generación. También se impondrán a Telefónica obligaciones de transparencia, de forma que los operadores que utilizan la infraestructura del ex monopolio conozcan sus planes con antelación y puedan diseñar sus planes.
Antes de convertir estas líneas maestras en decisiones regulatorias, la CMT encargará a una consultora externa un profundo estudio sobre el mercado de redes de nueva generación en España por territorios, lo que podría suponer el establecimiento de varios cientos de mercados con regulaciones distintas, dependiendo de su nivel de competencia. Así, para los mercados en los que pueden desarrollarse varias redes alternativas, denominadas zonas competitivas, la CMT fijará una regulación temporal para que Telefónica, que sería la primera en desplegar nuevas infraestructuras, abriera sus redes a otros operadores, pero por un precio no orientado a costes, como hasta ahora, sino de acuerdo con el esfuerzo inversor realizado.
Temporalidad
Esta obligación tendría caracter temporal por un periodo determinado, mientras que en los territorios con una sola red, llamadas zonas no competitivas, la regulación tendría carácter definitivo.
El estudio territorial se extenderá durante todo este año, previsiblemente, por lo que las primeras actuaciones regulatorias no tendrán lugar hasta, como pronto, los primeros meses de 2009.
Con este modelo de regulación, la CMT quiere trasladar a las redes de banda ancha de alta velocidad un nivel de competencia similar al que existe en la actualidad en la telefonía móvil, aunque la dificultad para tender las redes físicas hace que se plantee medidas para incentivar la inversión.
Ante la posibilidad de imponer la separación funcional de redes, la CMT indica que es una “medida excepcional y extrema”, que sólo se considerará en caso de que se constate la existencia de “situaciones discriminatorias que puedan degradar gravemente la competencia en los mercados de comunicaciones”. Así, el regulador se alinea con los postulados de la comisaria europea de Sociedad de la Información, Viviane Reding.
Líneas maestras de la futura regulación
Un giño a los alternativos
Durante toda esta semana, los responsables de regulación de las operadoras españolas de telecomunicaciones tratarán de interpretar las consecuencias para sus compañías del documento en el que la Comisión del Mercado de las Telecomunicaiones (CMT) expone las líneas maestras de la regulación de las nuevas redes.
En una primera lectura, el informe del regulador parece recoger las dos grandes peticiones de Telefónica para el tratamiento de sus nuevas redes de fibra óptica: la eliminación progresiva de las obligaciones de abrir las infraestructuras a terceros y el tratamiento diferenciado por territorios, según el nivel de competencia que exista en cada mercado. Además, la CMT se alinea con los últimos postulados de la Comisión Europa y prácticamente descarta obligar a Telefónica a segregar sus nuevas redes del resto de la compañía para favorecer la competencia.
Sin embargo, con una redacción deliberadamente ambigua, el documento puede terminar por favorecer los intereses de los rivales del ex monopolio, dependiendo de cómo se articulen las resoluciones que, a partir de 2009, y tras un año de estudio, acometa la CMT. En este sentido, el regulador no se compromete estrictamente a separar por territorios la regulación de las nuevas redes, sino sólo a estudiar el nivel de competencia de forma territorial, sin descartar que el mercado de referencia siga siendo nacional.
En el tratamiento de las nuevas redes de fibra de Telefónica, se establece un periodo transitorio en el que el antiguo monopolio tendrán que ofrecer servicio mayorista a sus rivales. El precio de este servicio y el tiempo de transición serán clave para los intereses de las operadoras sin red propia. El gran tapado puede ser Ono, con red de fibra desplegada y, en este campo, fuera de la lupa de la CMT.