(Cinco Días, 7/1/2008)
A punto de cumplir 43 años, 17 de los cuales han estado vinculados a Microsoft, Rosa María García, madrileña y licenciada en Matemáticas, confiesa que llegó al mundo de la informática por casualidad. Empezó a trabajar en una empresa de nuevas tecnologías mientras se preparaba ´para lograr plaza y dar clases en Secundaria, que era lo que pensaba entonces hacer´.
Aquel contacto con la informática le descubrió su gran pasión. Entró en Microsoft como directora de soporte técnico y luego pasó siete años en la central de la multinacional en Estados Unidos, bajo el mando directo de Bill Gates, como responsable mundial de los proyectos estratégicos de la compañía. Más adelante se encargó de la relación con los socios tecnológicos de otros países, hasta que hace cinco años volvió a España, primero como consejera delegada y luego, desde hace dos, como presidenta de Microsoft-España.
Cree que la bonanza económica ha hecho que las pymes españolas descuiden la adaptación a las nuevas tecnologías, y eso podría costarles caro si no rectifican ahora, al restarles capacidad de competir en una economía global.
¿Cuál es la situación de las pymes en cuanto a la aplicación de las nuevas tecnologías?
Las pymes no han caído en la cuenta de que se iban quedando atrás tecnológicamente porque la economía española crecía muy rápido. Ahora que la economía se está enfriando, van a toparse con el hecho de que para abrirse mercado tenían que haber sido más competitivas y más globales.
¿Entonces qué deberían hacer?
Acometer inversiones tecnológicas urgentes. En caso contrario, cuando la crisis llegue de lleno, les afectará más. Por ello, el mensaje es ´ahora o nunca´. Ahora, porque todavía la crisis no ha llegado a su parte más dura y el precio del dinero es aún asequible, pero esto puede ir a peor.
¿Por dónde habría que empezar?
Lo primero, por la competitividad. Hasta hace poco, cuando había un problema de productividad se solucionaba contratando más gente, porque los salarios no subían mucho, menos que el PIB, y había mucho mercado de trabajo. A corto plazo, esto ya no será así y la solución no será poner a más personas, sino que las personas que haya tengan capacidad para producir con más calidad.
¿Cómo se aborda esto en el campo de las aplicaciones tecnológicas?
Con sistemas que faciliten manejar un montón de información y sacar decisiones que permitan reaccionar rápidamente, ser capaces de hacer ofertas vendedoras. Eso obliga a tener un buen software para analizar datos y presentarlos de manera atractiva. También deben rentabilizar el tiempo de sus empleados, utilizando, por ejemplo, calendarios compartidos. Además, el software ha de ser sencillo, para usarlo en distintos tipos de trabajo y que la gente no se quede encasillada, sino que sean un poco generalistas.
¿Y de cara al exterior, a la relación con el cliente?
Las pymes tienen ya que trabajar en grupo porque los clientes lo que queremos es simplicidad. Imagínate que quieres comprar una mampara de baño. Si trabajan conjuntamente los vendedores de la mampara y los que la fabrican, es decir, que yo compre, los vendedores manden la petición a la fábrica, la fábrica entregue ya en mi casa y allí se junten los materiales y el instalador, el cliente estará contento y yo podré, por ejemplo, ahorrar espacio en almacén. ¿Cómo trabajo para que el cliente tenga la sensación de que soy único, cuando realmente somos varios? Utilizando herramientas que permitan el trabajo colaborativo, como las intranet e internet.
¿Qué otras herramientas mejorarían la competitividad?
Las que faciliten la promoción. Ya no compiten con el vendedor de la esquina, sino que están en un mundo global, donde internet permite elegir, por lo que tienen que tener una buena web. También avanzar en otros niveles: si todos tenemos móvil, ya se trata de poder leer correos, documentos... Nosotros proponemos que los móviles estén en Windows, de forma que sean una proyección de la oficina y te permitan ser productivo mientras, por ejemplo, esperas en una cita de trabajo.
¿Y respecto a los sistemas de gestión?
Es otra cosa a mejorar. Esto significa implantar un buen software de gestión empresarial, de gestión de clientes, facturación, nóminas, contabilidad... Todo eso se tiene que modernizar, está muy anticuado.
´Las empresas deben ofrecer sensaciones al cliente´
¿Cree que las pymes se están posicionando bien en el comercio electrónico?
Pienso que la gente no ha entendido aún qué es internet y cómo se está desintermediando al usuario de la empresa. Antes, cuando ibas a comprar a una tienda, el vendedor te transmitía con su personalidad, con el aspecto del local, etcétera, las cualidades de su negocio. Ahora eso ha cambiado.
¿Cuál sería el nuevo planteamiento?
Debe intentar responder a varias preguntas, como en qué se diferencia mi oferta de las otras y cómo traslado que yo soy el que da más calidad, más garantías. Hay que dar con fórmulas que recuerden esa transmisión de experiencias. Si te presentan el producto igual, compras donde el precio es más bajo. Eso no es lo que se hace cuando eliges ir a una tienda, compras donde tienes una sensación especial. En internet hay que plantearse dos cuestiones. La primera es que tiene que haber capacidad para hacer una gestión completa: cómo se compra, cuándo llega el producto... La segunda, y muy importante, es que debe procurarse crear experiencias, cómo hago yo para que mi web transmita a un cliente que ya no va a acudir a mi negocio, las características distintivas y las sensaciones que tenía cuando entraba en la tienda.
Piratería ´Soy intolerante desde el punto de vista social´
Rosa María García se muestra contraria a cualquier actitud tolerante con la piratería informática y asegura que este convencimiento no se deriva sólo de su cargo como responsable de una empresa que vende tecnología, sino de un planteamiento ´desde el punto de vista social´. Así, explica: ´Soy madre y quiero que mis hijos trabajen un día en España, y no lo podrán hacer en temas manuales o industriales porque todo eso se va a ir al sudeste asiático. Entonces, lo que habrá será intangible: propiedad intelectual, innovación y demás´.
En este panorama, ´si no tenemos una sociedad que mande a las empresas de todo el mundo el mensaje de que aquí se protege la propiedad intelectual, las firmas de innovación se irán a otro sitio, a Suiza, a Suecia, y nos quedaremos en tierra de nadie, ni en el mundo de la propiedad intelectual ni en el de fabricación, porque los sueldos no serán competitivos´.
En cuanto a la posibilidad de que los precios del software den pie a la piratería, la responsable de Microsoft España indica: ´El precio no puede ser un factor. Por ejemplo, si un BMW serie 7 nos parece caro, no cogemos una ganzúa y nos lo llevamos. Simplemente no compramos. ¿Qué pasa entonces? Que el precio baja y se ajusta. Por ello, si a alguien le parece caro un software, que no lo compre, y si muchos consumidores piensan así, el precio bajará´.
Por lo que se refiere al daño que hace la piratería a las empresas de diseño de software, Rosa María García señala que en España se pierden por estas actuaciones unos mil millones de euros anuales. ´Respecto a Microsoft, nos generan unas pérdidas de 600 millones, lo mismo que facturamos, con lo que, si se erradicara la piratería, podríamos tener el doble de empleados´.