Los terroristas que protagonizaron los ataques de Bombay no sólo eran diestros en el manejo de sofisticadas armas, sino también en el uso de diferentes herramientas tecnológicas, como el GPS, Google Earth o las comunicaciones vía VoIP, que utilizaron para planear y perpetrar los ataques.
(Baquía, 12/12/2008) Los terroristas que llevaron a cabo los ataques en Bombay el mes pasado no sólo eran hábiles en el manejo de las armas. También en el uso de diferentes herramientas tecnológicas que utilizaron para planear y perpetrar la matanza, según revela The New York Times.
Ya se ha podido reconstruir buena parte de sus pasos. Los terroristas partieron en barco de Karachi, en Pakistán, y navegaron por el Mar Arábico utilizando un GPS. Durante la travesía, se comunicaron con los coordinadores del ataque en Pakistán a través de un teléfono vía satélite.
Una vez alcanzada la ciudad, se ha comentado la precisión con que se dirigieron a sus objetivos y el conocimiento exacto del terreno. Según NYT, esto se debe a que antes habían estudiado fotos en Google Earth, para conocer las rutas más directas.
Después, durante los más de dos días que duró el asedio a los hoteles y el centro judío atacados, los terroristas volvieron a comunicarse con sus cómplices en Pakistán utilizando tecnología VoIP, para dificultar así la localización de las llamadas. Éstos siguieron en directo las evoluciones del ataque e informaron a los terroristas de los movimientos de la policía, lo que facilitó que se prologara su resistencia.
Las autoridades de Washington están colaborando con las indias para intentar descubrir el origen de las llamadas. Para ello es necesario identificar la IP y el proveedor utilizados. Son datos que pueden ser manipulados o camuflados, por lo que el proceso puede llevar mucho más tiempo que si se hubiera utilizado un móvil convencional, aunque las autoridades confían en que finalmente resolverán el origen de las llamadas.
Por ahora no se ha desvelado cuál fue el programa de llamadas por Internet que utilizaron los terroristas, aunque según el diario neoyorquino se investigan dos compañías con sede en Austria y Nueva Jersey.
Quede claro que ninguna tecnología per se tiene nada de malévola ni dañina. Otra cosa es el uso que algunos hacen de ella.