La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios advierte a las empresas españolas de los peligros de sucumbir a la tentación de alargar las jornadas de trabajo como medida para superar la crisis.
(Baquía, 20/10/2008)
Pasar más horas en la oficina no es un buen remedio para afrontar la crisis. Es más, se trata de una medida contraproducente, ya que supone un retroceso en materia de conciliación, horarios y flexibilidad laboral.
Esa es la principal recomendación hecha pública por la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) en una carta abierta dirigida a los empresarios españoles.
Según Ignacio Buqueras y Bach, Presidente de la Comisión, "la necesidad de racionalizar nuestros horarios es especialmente acuciante en tiempos de crisis. No cabe duda de que la crisis es algo que preocupa a todos, pero también sería improcedente que las empresas españolas incurrieran en el error de aumentar jornadas de trabajo de sus empleados, ya que eso sólo supondría un grave retroceso que, lejos de ayudarnos a vencer la crisis, la agravaría".
Las ocho recomendaciones de la comisión a los empresarios son las siguientes:
- Más horas de trabajo no equivalen a mayor productividad. España está a la cabeza de Europa en cuanto a horas pasadas en el lugar de trabajo; sin embargo, es también uno de los países menos productivos.
- El ahorro de costes es una de las prioridades de toda organización en tiempos de crisis. Unos horarios más racionales, que concentren la jornada laboral y eviten el alargamiento excesivo de la jornada, permiten un importante ahorro energético en las empresas (luces, ordenadores, calefacción, eetc.).
- Las empresas necesitan incrementar su productividad de cara a superar la crisis. Ello nunca será posible con empleados descontentos. Se hace necesario potenciar las medidas de conciliación y la flexibilidad laboral de cara a incrementar la motivación de los trabajadores.
- La crisis debe representar una oportunidad para que las empresas se modernicen. Es un acicate que debe aguzar el ingenio. Ahora más que nunca, las empresas deben esforzarse por innovar, por buscar medidas que flexibilicen el mercado laboral.
- En tiempos de recesión, se hace imprescindible optimizar el tiempo que se emplea en el trabajo. Es un excelente momento para erradicar prácticas improductivas, como la impuntualidad, las reuniones innecesarias o la falta de planificación. Lo que en tiempos de bonanza se consiente, es inaceptable en tiempos de crisis.
- La crisis tiene un componente psicológico. Hay que estar en una disposición mental propicia para superarla. Esto hace que más que nunca necesitemos que nuestros profesionales estén motivados y comprometidos con el proyecto. Unos horarios racionales que les permitan conciliar son esenciales para ese propósito.
- Del mismo modo, es necesario eliminar la incertidumbre de los trabajadores ante su futuro. Si nuestros empleados reciben un mensaje positivo, que se traduce en que observa que la empresa se moderniza y se posiciona positivamente para afrontar la crisis, estarán en mejor disposición para contribuir al proyecto que si reciben señales negativas, como incremento de turnos y pérdida de beneficios sociales.
- Antes de recurrir a los despidos como formula mágica para abaratar costes, hay que explotar al máximo las posibilidades de ahorro que nos brindan otras medidas, como la optimización de los procesos productivos, la gestión adecuada del tiempo de trabajo y el aprovechamiento de los recursos.