El sector europeo de las telecomunicaciones se escindió ayer al hacerse público el nuevo marco regulador del mercado. Los antiguos monopolios reaccionaron a la defensiva, mientras que los nuevos operadores le dieron la bienvenida.
(Cinco Días, 14/11/2007)
La organización ETNO, de la que forman parte operadores dominantes como Telefónica, France Télécom o Deutsche Telekom, calificó las propuestas de la Comisión Europea como una ´señal equivocada para los inversores´ y advirtió que la amenaza de una posible separación funcional de las compañías (entre redes y servicios) ´creará más incertidumbre´ en el sector.
La reacción fue casi exactamente la opuesta entre las compañías surgidas a raíz de la liberalización del mercado, agrupadas en torno a ECTA. ´La separación funcional puede ser un instrumento critico para abrir los mercados a la competencia y puede generar la certidumbre necesaria que necesitan todos los actores del mercado para invertir´, señaló una asociación a la que pertenecen compañías como Cable & Wireless, Tele 2 o Tiscali.
La separación funcional pasará a ser un arma de los reguladores nacionales para disciplinar al mercado si los 27 países de la UE y el Parlamento europeo respaldan la propuesta de la CE.
El regulador español, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), ya ha mostrado sus dudas sobre la utilidad de ese drástico remedio. ´¿Se incluiría sólo la red de cobre o también la de fibra óptica?´, se preguntaban los servicios técnicos de la CMT en un proceso de consulta pública abierto por el propio organismo. Y haciéndose eco de las objeciones planteadas por las grandes compañías pedía una reflexión ´sobre el impacto que tendría una acción reguladora tan profunda sobre los incentivos del operador tradicional (e incluso de otros operadores) a invertir en nuevas tecnologías´.
La comisaria europea de Sociedad de la Información, Viviane Reding, afirmó ayer tras ser aprobado su proyecto que ´los operadores dominantes, a menudo protegidos por los gobiernos, todavía controlan segmentos esenciales del mercado, especialmente, en banda ancha´.
Los dos bandos anuncian una intensa campaña de presión durante el proceso legislativo para intentar imponer sus puntos de vista. Pero la separación funcional no es a única propuesta que ha enconado los ánimos de la industria europea. La intención de Bruselas de relajar la vigilancia en ciertos segmentos del mercado también provoca división.
En este caso, ECTA prevé problemas, especialmente, en telefonía móvil y servicios de banda ancha en zonas remotas. Ambos negocios estarán exentos en el futuro de una regulación especial y se someterán sólo a la vigilancia de las autoridades de competencia. Para ETNO, ese cambio es un ´paso positivo´, aunque lamenta que, al mismo tiempo, la CE pretenda regular los servicios mayoristas de las nuevas infraestructuras.