Ofrecerá un servicio gratuíto de llamadas locales y nacionales.
(Baquía, 19/7/2007)
Es una pequeña compañía de 43 personas, cuyo nombre evoca -dicen sus creadores- la simplicidad y el aprovechamiento. Al igual que Google y otros grandes gigantes tecnológicos, tiene su base en Silicon Valley y un proyecto con el que espera crecer.
La nueva startup de telefonía, basada en la tecnología VoIP (Voz sobre Protocolo de Internet), quiere revolucionar la industria de las telecomunicaciones reinventando la forma de ofrecer llamadas a través de la Red y alcanzando el éxito allí donde otras no lo han conseguido del todo.
Con un trasto que cuesta casi 400 dólares bajo el brazo, Ooma se presenta a priori como una opción muy atractiva para el cliente. Al contrario de lo que han venido haciendo tradicionalmente otros servicios VoIP, que suministran el equipo gratis y cobran una tarifa mensual, Ooma vende el equipo y no cobra por las llamadas locales y nacionales.
Por tanto, con Ooma se pagan los 399 dólares por equipamiento al principio, y luego uno puede olvidarse de pagar, al menos mientras no se realicen llamadas al extranjero. Las llamadas internacionales costarían entre 1 y 8 céntimos de dólar por minuto, que se pagarían con tarjeta de crédito online.
La irrupción en este mercado de Ooma se produce en un momento bastante curioso por lo aventurado que parece sumergirse ahora en un negocio de este tipo, después de que otro proveedor VoIP, SunRocket, haya echado el cierre hace unos días dejando en la estacada a más de 200.000 clientes, y de que el líder del sector Vonage haya visto un descenso en su crecimiento, al pasar del 26% registrado en el primer cuarto del año pasado al 7% de este.
Parece claro que en Ooma siguen al dedillo esa máxima que dice “si no arriesgas, no ganas”.